Por Paula
Halperín
Cuentan
los historiadores, que el Faraón Amenofis IV, allá por el 1305, en la era del
antiguo Egipto, contaba con servidumbre especial para tratar sus pies.
Evidentemente, sabía que para estar bien arriba, en su cabeza, era necesaria
una buena base o mejor dicho un buen sostén.
Asimismo,
la medicina China se ha encargado de estudiar, hace muchos años, la conexión
que existe entre cada uno de nuestros órganos con cada pequeña área de algunas
de las extremidades.
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En los
pies, por
ejemplo, descubrieron que existen más de 7000 terminaciones nerviosas. Según
esa teoría, allí (como también en otros sectores del cuerpo) se encuentran
ciertos puntos reflejos que se vuelven mucho más sensibles cuando estamos ante
la presencia del mal funcionamiento de nuestro organismo. Es decir, si hay
alguna enfermedad o malestar.
A partir
de esta teoría oriental, en occidente se crearon algunos métodos alternativos
destinados a mejorar nuestra salud, como la reflexología, que usa una
técnica de masajes para que nuestro cuerpo vuelva a estar en armonía. Es
una terapia alternativa que, si bien no reemplaza a la medicina tradicional,
puede ayudar mucho a brindar un bienestar como tratamiento complementario.
Otra de
las disciplinas que estudia las alteraciones de esta parte del cuerpo y se
encarga de mejorarla y cuidarla es la podología, que también tiene unos cuantos
secretos que son importantes conocer.
Lo cierto
es que los pies pueden decir mucho más de lo que vemos a simple vista, tanto si
están saludables como si tienen algún defecto que llame la atención. En esta nota te explicamos lo
que cuentan para estar alertas y poder descifrarlos. Pero la idea es que sea el
motivo de la visita a un doctor y jamás para la automedicación:
Un
verdadero mapa
El dedo
gordo, si está
torcido hacia afuera significa que puede haber problemas en las vértebras
cervicales, en la glándula tiroides o en el corazón. En cambio, si está muy
inflamado o se presenta un fuerte dolor puede ser un aviso de gota (una
enfermedad causada por el exceso de ácido úrico).
Otros
dedos torcidos pueden
estar indicando alguna deficiencia en los órganos de la cabeza o en los
dientes.
El pie
plano refleja
o, mejor dicho, repercute en la incorrecta ubicación de la columna vertebral.
Pie cavo habla de problemas en el aparato
respiratorio, el corazón, la vesícula biliar, las articulaciones de los hombros
o el hígado.
La falta
de vello en los dedos puede estar revelando un mal desempeño del aparato circulatorio. Debido
a que la sangre que bombea el corazón no es capaz de llegar hasta las
extremidades del cuerpo. Los vellos terminan por caerse y no vuelven a crecer.
Uñas en
mal estado: si están
gruesas o amarillentas estamos ante la presencia de hongos y se necesita un
tratamiento. En tanto que si hay una protuberancia en el extremo podría existir
una infección en los pulmones. Las uñas en forma de cuchara podrían marcar
niveles bajos de hemoglobina, es decir, anemia. Cuando hay grietas es señal
de que el cuerpo no está absorbiendo los nutrientes necesarios.
Pies
inflamados: indican
una mala alimentación y retención de líquidos, por lo general, esa persona está
consumiendo ingredientes con mucho sodio.
Piel
despellejada: puede
hablar de unos cuantos problemas. Desde hongos, una mala hidratación o
alimentación, falta de vitaminas A, E y C, una quemadura por haber pisado un
suelo demasiado caliente, una alergia o una mala sudoración.
Olor
fuerte: los pies
tienen en su anatomía gran cantidad de glándulas sudoríparas y esa es la
principal razón de su transpiración. El mal olor podría deberse a un calzado
inadecuado que no lo deje respirar. Pero también influyen los cambios
hormonales o las situaciones de estrés.
Heridas
que no cierran: es
importante hacer la consulta con un profesional porque podría ser una señal de
diabetes.
Consejo
final: es
importante asearlos diariamente, cuidarlos, recortar las uñas, masajearlos,
hidratarlos y, especialmente, cuando notamos que algo cambia de apariencia o no
está en su correcta armonía, acudir a un especialista.