Los crímenes violentos no son nada nuevo en nuestra sociedad. Crímenes tales como robos, asesinatos, y tiroteos captaron la atención del público desde la década de 1980, tras varios informes de incidentes en varios campus universitarios. Sin embargo ahora, este tipo de crímenes son fuente de titulares por toda la nación. Algunos ejemplos de crímenes de alto perfil son: la masacre de la escuela secundaria Columbine y la masacre de Virginia Tech.
Si bien crímenes como los asesinatos tienden a acaparar la mayoría de titulares y nuestra atención, es importante incluir otros tipos de delitos personales, tales como las agresiones sexuales y los casos de violación.
Se ha estimado que una de cada tres mujeres y uno de cada seis hombres tendrá una experiencia sexual no deseada en su vida. Por lo tanto, no es de extrañar que las agresiones sexuales - contacto inapropiado, manoseo forzado, abuso sexual (oral, vaginal y anal) y violación - se producen con demasiada frecuencia en los campus universitarios. De acuerdo con el Centro de Recursos de Violencia entre Pareja (Dating Violence Resource Center), las cifras de violencia sexual en los campus universitarios son las siguientes:
1. Cada año, más del 13% de mujeres universitarias indican haber sido acosadas.
2. Se estima que cada año, 5% de las mujeres universitarias sufren una violación o un intento de violación.
3. La mayoría de los actos de asalto sexual en los campus universitarios son perpetrados por alguien conocido por la victima.
4. El alcohol y el consumo de drogas contribuyen al problema. Se estima que un 50% de los perpetradores y las victimas de asalto sexual se encuentran bajo la influencia del alcohol u otras drogas en el momento del asalto.
Cuando se trata de prevenir violencia sexual, tenemos a tres grupos principales: las víctimas, los perpetradores, y todos los demás, o mejor dicho, los espectadores. Si pertenecemos al grupo de "espectadores", el cual solo ve, oye y calla, es necesario que tomemos acción en contra de las agresiones sexuales o nos convertimos en parte del problema.
Por lo tanto, estos son algunos consejos que pueden llevarse acabo para evitar una agresion sexual:
1. No abusar del alcohol o las drogas.
2. No aceptar salir con alguien desconocido o que no es de fiar.
3. Saber dónde se encuentran los teléfonos de emergencia en el campus universitario.
4. Caminar por senderos bien iluminados, evitando atajos remotos, especialmente de noche.
5. Viajar en compañía de personas de confianza o conocidos, sobre todo por la noche.
6. En los eventos sociales, es recomendable beber sólo de recipientes herméticos, evitando poncheras (punch bowls). Si usted se aleja de su bebida durante cualquier período de tiempo, tome una bebida fresca y no tome ninguna pastilla o "medicina" que le ofrezca un desconocido.
7. Tratar de no usar los cajeros automáticos durante la noche.
8. Si usted nota algo que parece sospechoso, llame a la policía del campus. Usted podría salvar a alguien de ser víctima de una agresión.
9. Mantenga su dormitorio o apartamento a puertas cerradas y no comparta sus llaves con nadie, ni abra la puerta a alguien que no conoce. Utilice una rejilla para determinar quién está a su puerta.
10. Si usted camina o corre con auriculares, utilice sólo uno, dejando libre su "buen oído" para escuchar lo que está sucediendo a su alrededor.
11. Si recibe llamadas telefónicas, mensajes de texto o correos electrónicos inapropiados o amenazantes, notifique a un amigo o familiar, y si es necesario, informe a la policía.
12. Asegúrese de que alguien sepa dónde se encuentra. Si usted no planea estar fuera toda la noche o el fin de semana, comuníquele a alguien de confianza para que esté al pendiente de usted.
13. Siempre lleve consigo un teléfono celular para utilizar en caso de emergencia.
Recuerde: la agresión sexual no es cosa de risa. Es nuestra responsabilidad encontrar maneras de reducir nuestra vulnerabilidad frente a esos delitos e informar a las autoridades necesarias de cualquier incidente.